PRIMICIA
Primera imagen de Javier García-Obregón, el novio del momento, con su madre, Paloma Lago, como madrina
El ahijado de Ana Obregón da hoy el ‘sí, quiero’ en Madrid
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Paloma Lago es hoy una madrina pletórica, feliz en la boda de Javier, su único hijo. Después de muchos meses de preparativos, de detalles cuidados al máximo, ha llegado el gran día de los novios, que se comprometieron hace un año durante un viaje a las Maldivas y lo anunciaron en ¡HOLA! a finales de verano.
Tras siete años de noviazgo, Javier García-Obregón y Eugenia Gil Muñoz reúnen a sus familias – es la primera boda de los primos por parte de la familia paterna del novio- en un enlace en el que seguro se vivirán momentos muy emotivos con el recuerdo de aquellos que tristemente se fueron, y también muy divertidos, puesto que se han rodeado de multitud de amigos que han viajado de muchos lugares para compartir con ellos este momento.
Paloma ha querido estar muy cerca de los novios ayudándoles en todo aquello que han necesitado -también Julia, la madre de Eugenia-, incluida la mudanza que acaban de realizar a su nuevo hogar, donde se terminaron de instalar pocos días antes del enlace. Es allí donde Javier, ahijado de Ana Obregón, se prepara antes de encontrarse con su madre y llegar a la iglesia de San Fermín de los Navarros para recibir a sus invitados, entre lo que estará toda su familia. El novio ha elegido llevar un chaqué confeccionado a medida en una prestigiosa sastrería ubicada en el centro de Madrid.
Mientras, la novia se prepara junto a su madre, que también es madrina tal y como Eugenia desea y la acompañará al altar, y rodeada de sus cuatro mejores amigas. En el mismo lugar, es donde Paloma Lago se ha maquillado -Sisley se encarga de los beauty looks de todas- y vestido para disfrutar de uno de los días más especiales de su vida.
“Estoy entregada totalmente a mi hijo y a su boda, todo lo que necesite Javier, Eugenia, su madre… es mi único hijo ¿cómo no va a ser así?. Es como que todo han sido luces que se encendían por el camino. Enseguida que tenía algo que abordar, aparecían amigas y personas que conozco para ayudarnos”, nos decía Paloma apenas 48 horas antes del ‘sí quiero’, mientras eligen los coches en los que llegarán dependiendo de si la lluvia da tregua en Madrid. “Yo les digo, nos os preocupéis, los reyes Felipe y Letizia se casaron un día lluvioso, un 22 de mayo, que por cierto es mi cumpleaños. Si toca eso, pues toca y es porque Dios nos manda ese día. No podemos elegirlo·”, nos comenta.
Llegó de Galicia el jueves pasado, directa a probarse por primera vez su vestido diseñado por su buena amiga Ana Martín González de AnmarGo, que también ha realizado los vestidos de la novia y de su madre. “Confío tanto en ella que dije ¡no pasa nada!, que vayan todas delante, y bueno, pues aquí estamos, pero vamos fenomenal, vamos a llegar todos y vamos a estar felices”, añade Paloma, que ha confiado en otro íntimo amigo, Paco Rus, la coordinación de estilismo para que haya armonía entre todos.
“Coincidimos que vestimos a Paloma para un evento del perfume, entonces yo no estaba ni siquiera en el atelier y subí un día para conocerla y a partir de ahí conectamos tan bien que fuimos uña y carne” nos cuenta la diseñadora “y es una alegría y una fortuna tener una musa tan guapa y tan elegante”. Su vestido de madrina, de línea ajustada, es color verde agua, asimétrico, con cuello alto y una capa lateral desmontable con el fin de estar más cómoda durante el almuerzo. La modelo y presentadora complementa su look con joyas de Rabat, que también ha elaborado las alianzas y se encarga de las joyas de Eugenia.
“De todas las madrinas que hemos hecho, yo creo que es la que menos se ha preocupado del vestido porque ella decía que estaba segura de todo lo que íbamos a hacer”.
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