Belén Hostalet posa con su madre y su hijo, Andrea, y nos habla de cómo está viviendo la aventura de la maternidad

La ‘influencer’ dio la bienvenida a su primer hijo en enero del año pasado

Pep Bustard

Por Lola Delgado

05/05/2024 8:01 CEST

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Gracias a su trabajo, su constancia, su estilo y su belleza, Belén Hostalet es una de las influencers más conocidas de nuestro país. Va de viaje en viaje y de desfile en desfile, buscando todas las inspiraciones posibles para enseñárselas a sus 800.000 seguidores. Y su forma de interpretar las tendencias conquista dentro y fuera de nuestras fronteras. Pero lejos de las redes y la industria de la moda, el papel más grande de Belén le llegó hace algo más de un año, con el nacimiento de Andrea, su primer hijo junto al empresario Alejandro Porras. Un bebé risueño y encantador que ha enamorado a Belén y la ha convertido en toda una madraza. Al igual que lo es Carmen Tribaldos, madre de Belén, con la que la influencer tiene una excelente relación y así nos lo han demostrado en este entrañable reportaje. Madre y abuela posan juntas por primera vez con el niño de sus ojos, del que no pueden estar más orgullosas.

—Belén, posas junto a tu madre y tu hijo. ¿Qué significa para ti la familia?

—La familia siempre ha sido el motor principal de mi vida. Soy muy cercana a mis padres y a mi hermano, recuerdo desde pequeña pasar mucho tiempo juntos; nunca he sido una persona que ha disfrutado estar fuera de casa excesivamente. Siempre me ha gustado mucho apoyarme y estar rodeada de los míos, porque tengo el bonito recuerdo de vivir en un ambiente lleno de amor.

—¿Cómo te definirías como hija?

—Mis padres saben perfectamente que los quiero, que lo daría todo por ellos y creo que, como hija, siempre he tenido mucha conexión con ellos y tienen total confianza para decirme las cosas que les parecen bien y las que les parecen mal. Además, me considero una hija muy cariñosa y siento que soy así porque es lo que he recibido por su parte.

“La familia siempre ha sido el motor principal de mi vida. Siempre me ha gustado mucho apoyarme y estar rodeada de los míos, porque tengo el bonito recuerdo de vivir en un ambiente lleno de amor”

—¿Y cómo madre?

—Estoy como en mi burbuja de amor y creo que estoy —quiero pensar que como le ocurre a todas las madres— entregada al dos mil millones por cien y solo tengo amor, cariño, besos y achuchones para mi pequeño y lo daría absolutamente todo. Me muero por verlo crecer, por enseñarle el mundo, por, incluso, que él me lo enseñe a mí a través de sus ojos, y me muero por evolucionar a su lado.

—¿Qué ha supuesto para ti la maternidad?

—Ha sido un click, pero un click para bien. Siempre me ha gustado mucho cuidar de los demás. Me gusta dar lo mejor de mí a todas aquellas personas que son cercanas y la maternidad ha acentuado eso. Creo que estaba destinada a cuidar a este pequeñín, era como el objetivo de mi vida. Me ha hecho replantearme muchas cosas y, obviamente, tener una nueva responsabilidad que va por delante de absolutamente todo, incluso de nosotros mismos. Es muy duro, pero para mí significa lo más bonito de la vida.

“Mi madre y yo tenemos una relación muy estrecha, somos un libro abierto la una para la otra. Ella sabe perfectamente cómo estoy solo con mirarme a los ojos, igual que yo a ella”

—¿Cómo es Andrea? ¿A quién se parece?

—Cuando era muy bebé, todo el mundo decía que se parecía mucho a Alejandro, mi pareja. Aunque, conforme ha ido creciendo, cada vez se está pareciendo más a mí. Pero, aun así, tiene muchas cosas de Alejandro, así que diría que es un buen mix. En cuanto a personalidad, bueno, es un bichito, pero, aparte de movido, que creo que es la edad (tiene un año y tres meses), para mí lo mejor de él es que se le ve un niño muy contento, muy agradecido, supersocial… Saluda a todos, tiene una sonrisa de oreja a oreja todo el rato y, para mí, eso ¡es lo más!

—¿Cómo ves a tu madre ejerciendo de abuela? ¿Es igual que contigo de pequeña?

—De abuela es incluso mejor. Cuando era una niña, también tenía que ocuparse de educarme y, en este caso, no tiene que educar a Andrea, tiene, simplemente, que darle el mayor amor y no hay amor más grande que el de mi madre por Andrea. Se muere, se derrite, Andrea tiene superpoderes sobre mi madre y ella es la mejor abuela del mundo.

—¿Te ayuda mucho con Andrea?

—Muchísimo. Mi trabajo es muy sacrificado y ellos solo me apoyan, me ayudan y cuidan de Andrea como si fuera yo misma.

—¿Cómo es tu relación con tu madre?

—Tenemos una relación muy estrecha, una conexión muy grande, hemos viajado juntas, hemos ido de fiesta juntas… Somos un libro abierto la una para la otra, nos conocemos muchísimo. Ella sabe perfectamente cómo estoy solo con mirarme a los ojos, igual que yo a ella.

“Quiero que Andrea tenga la convicción de que le voy a querer siempre, que nunca lo voy a juzgar y que siempre lo voy a hacer todo con amor y delicadeza para que sea feliz”

—Y ¿cómo te gustaría que fuera tu relación con Andrea en un futuro?

—Me gustaría crecer con él, que me viera como su apoyo incondicional, que sepa que yo siempre voy a estar aquí. Pasaremos por muchos altibajos juntos, como todas las familias, y cada edad es un mundo, pero quiero que, al final del día, tenga la convicción de que yo le voy a querer siempre, que nunca lo voy a juzgar y que siempre lo voy a hacer todo con amor y delicadeza para que él sea feliz y que solo voy a luchar por su felicidad.

—¿Cuál es el mejor consejo que te ha dado tu madre en la vida?

—Me ha enseñado tanto y me ha ayudado tanto que no sabría mencionar uno. Pero, al final, el mejor consejo es que todo pasa. Lo bueno pasa, lo malo pasa y lo mejor siempre está por llegar. Y que es mejor quedarte siempre con lo bueno, tirar para adelante y saber que siempre los tengo a ellos, que la familia está cerca y que eso, afortunadamente, nunca nos va a faltar.

—Está claro que tu madre es un bellezón, ¿has heredado sus genes?

—Cuando era muy pequeña, todo el mundo me decía que me parecía mucho a mi padre, y luego, con la edad adulta, me veo mucho más parecido a mi madre. Ella es un cañonazo de mujer, así que ojalá siga sus pasos, no me quejaría para nada.

“Ella me ha enseñado y me ha ayudado tanto que no sabría mencionar un consejo. Pero, al final, creo que el mejor es que todo pasa. Lo bueno pasa, lo malo pasa y lo mejor siempre está por llegar”

—Y, por último, ¿te gustaría aumentar la familia?

—Me encantaría, tres hijos siempre ha sido nuestro número favorito. Pero bueno, iremos uno por uno, porque es muy sacrificado y Andrea es un terremoto y con uno más no sé si acabarían conmigo… Así que, de momento, ya veremos si vamos a por otro pronto o en un añito o así y luego… el futuro ya dirá.