Pediatras, psicólogos, expertos en nuevas tecnologías… Todos coinciden en que exponer a los niños a las pantallas implica riesgos para ellos: retrasos en el desarrollo, problemas emocionales y de salud mental, problemas cognitivos… Y a todos estos hay que añadir otros riesgos relacionados con las actuaciones que otras personas puedan llevar a cabo para hacerles daño: ciberacoso, pornografía infantil, acceso a contenido pornográfico o grooming (cuando un adulto se hace pasar por menor de edad para establecer contacto con niños y adolescentes hasta ganarse su confianza y posteriormente hacerles chantaje con fines sexuales), son solo algunos. Sin demonizar a las nuevas tecnologías, que también ofrecen multitud de utilidades y que inevitablemente forman parte de la vida, ¿cómo podemos proteger a nuestros hijos frente a todos estos riesgos? Vamos a indicar nueve consejos muy básicos para lograrlo: